¿Qué es la OCDE y para qué sirve?
Los países miembros se comprometen a aplicar los principios de liberalización, no discriminación, trato nacional y trato equivalente. El principal requisito para ser país miembro de la OCDE es liberalizar progresivamente los movimientos de capitales y de servicios.
Luego de la primera guerra mundial y resultado de la creación del Plan Marshall, la OCDE nace como resultado de normalizar y crear las principales políticas liberales de la economía mundial. Desde sus inicios tiene como parámetros básicos tres ejes principales: contribuir al desarrollo y la expansión de los miembros, favorecer el crecimiento del comercio mundial y mejorar la estabilidad financiera de los países que adhieren a su estatuto.
Entre sus funciones ha determinado los lineamientos sobre política de financiación del terrorismo, lavado de activos y las políticas esenciales dentro del marco ético para el comercio internacional. Además, es fuente fidedigna a nivel estadístico en lo que se refiere al grado de libertad comercial y financiera que poseen los países en la actualidad.
Además, la OCDE publica y actualiza constantemente un convenio fiscal que sirve de modelo para las negociaciones bilaterales en materia de coordinación fiscal y cooperación. El modelo va acompañado de un conjunto de comentarios que refleja la interpretación de la OCDE a nivel de contenido de las disposiciones de la convención. Mediante este, se asigna el derecho fundamental de impuesto al país en el que se origina la inversión de capital; es decir, el hogar o país de residencia, en lugar del país en el que se realiza la inversión (el host o país de origen). Como resultado, son más eficaces las relaciones entre dos países con los flujos de inversión reciproca, como entre los países miembros de la OCDE, pero puede ser muy desequilibrada cuando uno de los países signatarios es económicamente más débil que el otro; por ejemplo, entre países de la OCDE y países ajenos a ella.